La cirugía estética implica mucho más que una intervención superficial. Se trata de una rama de la medicina que abre las puertas al reencuentro con el cuerpo propio y la recuperación de la autoestima.
Los resultados de un procedimiento plástico no sólo significan una exaltación de la figura o una reparación de alteraciones físicas, sino que además se traducen en un mejoramiento de la salud emocional y la posibilidad de encarar relaciones sociales, sentimentales y laborales con mayor confianza, producto de esa inigualable seguridad que brinda el sentirse a gusto con la apariencia que se proyecta.